jueves, 12 de abril de 2018

La capacidad de Petro para sumar

El candidato izó las banderas que otros arriaron, sumado a la impresionante capacidad para comunicarse con las masas. Hacía muchos años no se veía tanto entusiasmo en la plaza pública. 


Por: Wilmar Jaramillo Velásquez Columnista EL PREGONERO DEL DARIÉN 

Con los elementales temas de llevar educación gratuita a los colombianos, agua potable, de combatir la corrupción, de aplicar energías limpias, de sanear la justicia, mejorar el sistema de salud, de vivienda popular, justamente lo esencial en un verdadero estado social de derecho, sus pilares, Gustavo Petro viene cautivando las masas electorales en las plazas públicas donde se presenta y lo hace por su enorme capacidad de convencimiento, la herramienta más poderosa de un político. Hacerse escuchar y que le crean. 

Petro no está inventando ni diciendo nada nuevo, todo está en la ley, en la Constitución, en las viejas, desgastadas y caducas estructuras de los partidos políticos, donde estas propuestas tan sencillas terminaron en catálogos de buenas intenciones y propuestas incumplidas gobierno tras gobierno. 

Petro es un hombre terco, testarudo, excesivamente convencido de lo que dice y hace, fue así como terminó siendo alcalde de Bogotá, luchando hasta contra su propio partido, contra todos, contra los medios de comunicación, contra una manguala que parecía invencible y es así como se viene abriendo paso hacia la presidencia de la república. 

Mientras los partidos tradiciones dueños absolutos del poder, hay arriado las banderas populares, las de la base social de sus seguidores, mientras mienten y mienten, mientras cambian las ideas y las propuestas por el miedo y el terror, Petro las ha izado con decoro y franqueza, les arrebató el discurso, lo transformó en un lenguaje sencillo y lo está llevando a todos los rincones de la patria, y es por eso que llena plazas, que lo siguen y le soportan estoicamente bajo inclementes temperaturas e incluso aguaceros, sus dos horas de intervención. 

Si Petro logra mover, como parece que lo está haciendo, esa esquiva franja abstencionista, si logra convertir en votos ese fervor de las juventudes, si continúa sumando ese descontento eterno y tradicional, que ningún candidato ha podido capitalizar, sin lugar a dudas que será el próximo presidente de los colombianos, sin descartar la utopía que lo logre en primera vuelta. 


Petro está llevando a pueblos y ciudades, lo que muchos compatriotas habían perdido, esperanza, ganas de seguir creyendo en la gente, de apostarle a nuevas ideas, está llevando tolerancia, se armó de un discurso fresco, creíble y con su terquedad y coherencia fue derribando los mitos con los cuales lo quisieron descalificar, toda la mentira se desbarató en las manos de sus oponentes, al punto que hoy el cuento funesto del “castrochavismo” es un chiste flojo y de mal gusto, el cual hoy ni sus inventores quieren mencionar. 

El entusiasmo arrollador despertado por este candidato en las plazas, no se puede comparar ni siquiera en el suscitado por Galán en su mejor momento, impresiona como crece su campaña desde todos los rincones del país, y como se suman voluntarios todos los días, como hacen vaca para pagar sedes, hacer publicidad, un verdadero fenómeno político, no hay tiempo ni agenda para al candidato atender invitaciones de todo el país, desde los más diversos sectores. 

Uno de los ingredientes más novedosos de la campaña de Petro, es que carece de las viejas maquinarias en las que se mueven los partidos tradicionales, es una lucha de todos contra Petro y ahora el tenebroso y oscuro personaje de la ultraderecha, JJ Rendón también anuncia sus baterías en contra de la Colombia Humana, lo que significa otro enemigo a derrotar, junto a las encuestas, los poderosos medios de comunicación, los corruptos y una lista sin fin…