viernes, 2 de febrero de 2018

Hoy es el Día del Periodista a reflexionar

En días recientes el periodista Daniel Coronel denunció en la Revista Semana, lo que sería un oprobioso cartel de extorsión y crimen, salido de las entrañas de un macabro modelo de periodismo que se abre paso.

Wilmar Jaramillo Velásquez

Por: Wilmar Jaramillo Velásquez-Columnista EL PREGONERO DEL DARIÉN



Siempre he dicho que durante la fecha de conmemoración del Día Clásico del Periodista, hay muy poco que celebrar y mucho que reflexionar, en ocasiones varios de mis colegas me hay querido devorar vivo. Insultos e incomprensiones tampoco han faltado.


Qué bueno y a amanera de reflexión que los periodistas de hoy leyeran el libro de Hernando Salguero Flórez “Periodista Graduado”, para que aterrizaran un poco y se bajaran también un poco de la nube en que muchos se desplazan.

Como toda las profesiones el periodismo también ha caído en el delito permanente, en el tráfico de influencias, en el chantaje y la extorsión, hace pocos días Daniel Coronel lo denunciaba con lujo de detalles, como un cartel del periodismo hacía los más criminales montajes contra altos funcionarios del estado, en busca de dinero fácil.

Urabá tampoco ha sido ajeno a estas prácticas corruptas, hace pocos años llegaban al funcionario con la extorsión en la mano “ me compran publicidad o les hago un escándalo” y el funcionario también corrupto extendía generosamente el cheque para evitar un escarnio público; hoy aún se sientan con un alcalde y le venden el medio informativo por un año, luego por otro y así hasta que este termina su periodo protegido por la prensa y es así como vienen cooptando medios y periodistas, por eso desapareció el análisis, la investigación, la denuncia, todo convertido en una terrible autocensura, para terminar entregando a los receptores mensajes previamente elaborados en las oficinas de prensa de los gobiernos.

Muchos empresarios dicen y hasta con razón que sus medios son negocios donde invierten dinero para ganar dinero, esto hay decírselo a esos muchachos inquietos que están hoy en las facultades de periodismo, hay que aterrizarlos más, frente a la realidad que se van a encontrar en la calle.

De la nobleza del oficio y su profundidad social va quedando muy poco, y en nombre de esa frase sagrada de la libertad de expresión, columna vertebral de las verdaderas democracias, poco va quedando y el poder económico y político mezclado con altos grados de corrupción va silenciando lentamente los pocos medios que sobreviven a estos embates, hoy ya ni siquiera tienen que matar al periodista como lo hacían antes, hoy lo acorralan con procesos judiciales y la asfixian económicamente y con eso basta para sacarlo del camino.

También hay que hacer la salvedad de esos titanes que aferrados a la verdad y la razón sobreviven a estos estigmas y flagelos; como en todas las profesiones, hay policías muy buenos y profesionales, hay excelentes médicos, magníficos contadores públicos, ejemplares administradores públicos, maravillosos educadores e invaluables periodistas y por eso es que esta sociedad aún sigue en pie. Es ahí donde están sus bases sociales, éticas y morales.

Siempre hemos dicho que la sociedad no está perdida del todo y los buenos periodistas que son muchos, siguen, destapando hechos terribles de corrupción, crímenes, siguen con la mira puesta en su clase política, su aparato de justicia, sus fuerzas armadas y eso es un gran alivio. Salud Periodistas en su día- 9 de febrero.