sábado, 2 de septiembre de 2017

Porque la vida no deja jamás de sorprendernos

“Siento en su práctica periodística, respetado Wilmar, la ética que puede emanar  de aquella sentencia de ese gran poeta y periodista Ryszard Kapuscinski : “Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”
Doctor Luis Alfonso Ossa Betancurt
Trascribimos las generosas expresiones del doctor Luis Alfonso Ossa Betancurt, durante la  celebración del aniversario  número 13 del PREGONERO DEL DARIÉN. Una intervención de amplio calado y profundidad, que  nos debe llevar a la reflexión.
“Aunque ya son muchos los años que  he visto pasar en mi existencia, todavía permanece en mí una gran parte de la capacidad de asombro, con que la naturaleza una día nos dotó y que la sociedad a fuerza de los duros golpes, se va encargando de menguar. Seguro ya no tan sensible como en mi juventud y algunos años posteriores, conservo entonces todavía parte de  esa importante condición que la vida nos da a los humanos, aquella que hace que frente a lo novedoso, lo seductor, lo hermoso, lo generoso, lo solidario, lo transformable, sintamos una gran sorpresa, la misma que finalmente termina por percibirse  como  inmensamente gratificante para nuestro espirito.
Y por supuesto que el anuncio del Pregonero del Darién, por boca de su director Wilmar  Jaramillo, anunciando que había sido designado, junto con Francisco Luis Barrientos y el  pintor Julio Carlos Angulo, para recibir el PREMIO A LA EXCELENCIA EL PREGONERO DEL DARIEN 13 AÑOS 2.017  me produjo un inmenso asombro, nacido este a la luz  de varias circunstancias. Inmerecido por supuesto, porque  las posibles razones por las que  generosamente los jurados del galardón incluyen en el mi nombre, apenas si son condiciones elementales de buena conducta, que cualquier ciudadano debe  cumplir en aras de mantenerse inmerso en el orden social en el que nacimos, nos desarrollamos y vamos a morir. A uno entonces no tienen por qué premiarlo por cumplir las normas de la buena convivencia y del respeto por los derechos  ajenos y por sobre todo, por la aceptación de los otros, por muy diversos que ellos sean.
Entra entonces a escena la  inmensa generosidad  del Sr. Director del Pregonero del Darién, Periodista Wilmar Jaramillo al considerar  el hecho de que yo hubiera tratado de ser a lo largo de mi vida en Urabá, un ciudadano   respetuoso  de las normas de convivencia ciudadana,  como un merecimiento digno de exaltarse con el galardón que hoy nos convoca.
Aspecto general de  la ceremonia aniversaria
Claro que  en ocasiones entiendo que la descomposición acelerada que nuestro país sufrió en las últimas tres décadas, coincidentes estas con  el empoderamiento del narcotráfico, fue convirtiendo la conducta recta, que debería tener   todo ciudadano, en algo cada vez más extraño y estrambótico, en la medida que se trastocaron los valores éticos  de la sociedad  ,haciendo que lo delictual y trasgresor, aceleradamente se fuera incorporando al imaginario social, dándole estatus y por tanto aceptación social a esa delincuencia, que amasando  esas inmensas cantidades de dinero provenientes del narcotráfico, fueron creando un nuevo orden  ,con pautas sociales ,éticas, estéticas  y de poder en general, que terminaron sepultando las buenas costumbres que nuestros mayores nos habían inculcado. Por eso finalmente  terminamos por exaltar, lo que de no haber irrumpido ese nefasto poder del narcotráfico, debería haber seguido siendo el modus operandi cotidiano y por tanto la conducta normal de nuestra sociedad.
Pero mientras ese poder nefasto del narcotráfico se había  apoderado de nuestra sociedad, el país continuaba sufriendo esa otra violencia  brutal emanada del intenso conflicto armado que venimos sufriendo  hace 50 años, donde una guerrilla intentando acceder al poder del Estado, inundó de violencia no solo  nuestros campos, sino muchos de los pueblos y ciudades, deteriorando no solo la vida ,como valor fundamental de la existencia, sino también las condiciones  necesarias para que esa  vida se mantenga y se reproduzca , como es ciertamente el escenario de la economía nacional.

En buena hora entonces  confluyen las circunstancias propicias, en medio de  un gobierno proclive a  crear las condiciones  necesarias para que una parte importante de esa guerrilla comprometida en el conflicto, las FARC, acepten sentarse en una mesa de negociación   y se inicia el proceso que finalmente culmina con la dejación de las armas por parte de esta guerrilla armada, bajando de manera ostensible el nivel de violencia y de inseguridad que azotaba nuestros campos y empieza por ende a fortalecerse nuevamente la seguridad para el pueblo colombiano, por sobre todo en aquellos sitios de influencia guerrillera ,ahora compartidos en sana convivencia  por campesinos y reinsertados, mostrándonos que sí es posible construir un país diferente y equitativo,  por lo que debemos cerrar voluntades en el respaldo a la continuidad de las conversaciones con el E.L.N y  poder  tener  así superado ,en el menor tiempo posible, el tema  de la insurgencia , pudiéndonos dedicar entonces a construir   el modelo de país en el que todos quepamos, siempre   y cuando el Estado logre también erradicar de su estructura de manejo, ese cáncer de la corrupción, que en una sola década supera las pérdidas que el conflicto armado le ha infringido a la economía nacional en 50 años.
No es entonces tarde para retomar las tareas que la nueva esperanza de una patria en paz  nos convoca a cumplir, por sobre todo cuando  de lo que se trata es de construir un mejor país, donde las posibilidades para todos dejen de ser un sueño, como ciertamente lo es para muchos colombianos marginados hasta de las condiciones mínimas de supervivencia.
Otro aspecto de la ceremonia aniversaria
Es ahí entonces donde los medios de comunicación deben cumplir con la responsabilidad de socializar la información, cargada de la verdad por supuesto, para que los colombianos  volvamos a cumplir lo que nunca debimos haber dejado de hacer: Acatar la ley dentro de un ambiente de respeto por la diversidad y con toda la solidaridad posible de ejercer desde cada uno de nuestros propios  entornos.
Siento en su práctica periodística, respetado Wilmar, la ética que puede emanar  de aquella sentencia de ese gran poeta y periodista   Ryszard Kapuscinski :
“Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”

Muchas gracias a todos ¡!