Durante
este mes de mayo, EL PREGONERO DEL DARIÉN, cumple una década al servicio de
Urabá, como un aporte más, a las diferentes opciones periodísticas que circulan
en la zona. Logramos ser tan distintos, que ni somos competencia de ellos ni
ellos son la nuestra.
Nacimos
justamente un tres de mayo, una emblemática fecha, Día Mundial de la Libertad
de Prensa, hoy airosos celebramos con ustedes nuestros lectores, anunciantes,
columnistas y demás colaboradores, una década de circulación, navegando siempre
en un mar de dificultades, pero con la brújula bien puesta, convencidos de lo
que estamos haciendo, de lo espinoso que es el camino que recorremos en nuestro
andar periodístico, sobre todo cuando no utilizamos, ni la lambonería, ni la
lisonja, ni mucho menos el chantaje o la extorsión, para conseguir un anuncio
publicitario. Por el contrario, nos hemos dado el lujo de rechazarlos cuando
conocemos las intenciones perversas de quienes los ofrecen.
Hemos, logrado
fortalecer el periodismo de opinión, un término exótico, hace diez años en
Urabá, al igual que defender amplios espacios de libertad e independencia, de
igual forma incursionamos en géneros periodísticos, como la cónica, la
entrevista y el reportaje, la investigación y el análisis de la noticia,
herramientas con las cuales nos fuimos consolidando en la región.
Tampoco hemos
desfallecido en la difusión y apoyo incondicional a todas las expresiones culturales
tan abundantes en este territorio y demostramos con hechos que la cultura, tan
esquiva sobre todo para tantos gobernantes, no era la cenicienta como le
llamaban, al menos para nosotros. Eso también extendió lazo entre el medio y
los cultores de Urabá, hoy indisolubles.
Si bien, hay
quienes nos quieren ver llegar con rodilleras a sus despachos para hacer fila, a
mendigar un aviso; quienes nos quieren someter a sus mezquinos intereses
personales y de turno, tampoco lo han logrado en esta década de luchas
desiguales, frente al poder económico y político.
También han
habido y los hay soñando, con ver nuestro periódico cerrado, y su director
encarcelado, tampoco han tenido ese gusto, ellos no entienden que el lastre de
la corrupción, los enormes problemas sociales de Urabá, no los generamos
nosotros, escasamente somos testigos casi mudos, al lado de todos estos hechos
y frente a unas autoridades alcahuetas, cómplices y descompuestas, que en vez
de cumplir con sus deberes, obligaciones legales y constitucionales, más bien
se dedican a tapar, callar y favorecer a los responsables de tamaños
despropósitos.
El periodismo
nacional cruza una crisis sin precedentes, y peor el de Urabá, nos hemos
convertido en mandaderos oficiales por unos cuantos pesos, replicadores de
boletines acomodados y mentirosos, por la paga, o por simple pereza de acudir a
las verdaderas fuentes, no investigamos y publicamos irresponsablemente lo que
nos llega a las manos, sin el menor rigor, como lo afirmara en días pasados el
veterano periodista, Javier Darío Restrepo. La presente edición DEL PREGONERO DEL DARIÉN, trae varias reflexiones
sobre periodismo, dirigidas no solamente al gremio, sino a la sociedad en
general .Ojalá caigan en tierra abonada y den sus frutos.
Finalmente,
infinitas gracias a todas las personas que por diferentes medios, redes sociales,
correos electrónicos, de manera personal o vía telefónica, nos han expresado
sus mensajes de felicitación y congratulaciones por nuestro aniversario número
diez. ¡Salud a todos y todas!
A: Aleyda,
Natalia, Wilmar Jr, y Giovanni, fundadores de este periódico, decirles que la
llama de libertad e independencia que avivaron hace una década, está hoy más
encendida y resplandeciente que nunca.